En la noche del 31 de
Octubre (Víspera de todos los Santos) es mundialmente conocida la
celebración de Halloween; sobre todo
en países como Estados Unidos, Canadá, Irlanda o Reino Unido; pero con el paso
de los años esta práctica ha llegado a todos los rincones del mundo.
Los colores típicos son el negro, naranja y morado, y son
famosas las actividades como fiestas de disfraces, “truco o trato”, lectura de historias de miedo, ver películas de
terror o incluso la visita a “casas encantadas”.
Halloween tiene su origen en una festividad céltica conocida
como Samhain;
que significa “fin del verano”. Y
desde hace unos años, la influencia de la cultura estadounidense se ha colado
en muchos de los locales comerciales, bares, discotecas etc. de las ciudades
españolas.
Hace unos años se redescubrió en Galicia la práctica de esta
festividad, conocida aquí como Samaín.
Fue un maestro de Cedeira; Rafael López Loureiro quién
redescubrió la tradición y comprobó que antaño existía en toda Galicia. Hoy en
día son muchas las ciudades que se unen a esta celebración haciendo participar
al visitante y ciudadano de desfiles, fiestas de disfraces, degustación de
postres y platos típicos (la mayoría elaborados con calabaza), e incluso
magostos aprovechando la temporada ya de castañas.
Antaño los rituales eran bien distintos a los de ahora;
estas celebraciones eran para iniciar el camino de reencuentro con los muertos,
para dar paz a los buenos y alejar a los malos espíritus.
Halloween no es la primera de las festividades que de algún
modo hacemos nuestras, festejar algo siempre que sea bueno y productivo está
bien (productivo para nuestros negocios, un motivo para festejar en familia o
amigos…).
Pero las malas prácticas que se han puesto de moda sobre
todo esta noche de brujas, ha hecho que se desfigure un poco esta celebración,
el gusto por lo desconocido y el querer ir más allá en un mundo en el que no
todos deberían moverse acaban con sucesos trágicos por terroríficos rituales.
Por otro lado las fiestas celebradas en las que no hay un
debido control nos hace recordar el fatídico suceso de hace unos años, en la
una noche que debía ser divertida entre amigos, acabó siendo la peor de las
noches.
¿Mantenemos la Tradición?
O hacemos caso a lo de “¿Dónde vas Vicente?; Donde va la gente”…yo creo que
ambas cosas se pueden relacionar, como decía celebrar algo es motivo de unión y
entretenimiento, pero siempre que sea responsable y seamos capaces de mantener
vivo algo sin deslucir de ningún modo su propósito.
Sea Halloween o Samaín, “Habelas Hainas”, así que cuidado y respeto a la noche…aunque sea,
por si acaso.
(Artículo publicado en http://pontevedraviva.com/?lang=es )