domingo, 17 de enero de 2016

Una lista...y millones de estrellas

No importa donde, cuando ni con quién....

Pero en esta historia, importan hasta los segundos perdidos...


*********

El sol se pone, la playa casi vacía...Ella se sienta en la arena, irse a la playa, donde reina la calma es su forma de relajarse y sentirse viva....solo necesita la calma que le da el sonido de las pequeñas olas contra las rocas, o el olor a mar que tanto la inspira...es así, que comienza y escribe...

El, cansado de la ciudad se abriga entre pequeñas calas de la costa, se olvida de quien es, de sus problemas y sus incertidumbres...solo necesita la calma que le da el mar, aunque no consigue evadir sus pensamientos...

La pequeña brisa y el jugueteo con el lápiz, dejando libre alguna hoja hacen que un arrugado papel vuele...Ella sale tras el...son sus ideas, sus pensamientos, su forma de ver las cosas que aún no...no está preparada para que nadie las conozca...pero así es el destino, caprichoso.

El recoge el papel que llega a sus pies,lo lee...y ahí...comienza la  historia...

No se conocen, no importa...conversan, y esas horas parecen 5 minutos; ninguno de los tiene prisa...El habla, Ella lo mira y le escucha, reserva sus palabras, cohibe sus pensamientos...

"Si no fuese porque estamos en una playa, parecería que me estoy confesando...¿no te parece "Sor"?..." sonríe, es parca en palabras pero no precisamente una monjita como el la llama....

"Lo que creo es que necesitabas que te escuchasen, y hablar con quién no conoce la historia que hay detrás no es fácil, pero te libera...¿no es así "bonito"?"

¿¿Había dicho bonito?? Sí, lo había dicho...y lo era, por fuera y por dentro, era lo que tanto había estado esperando...pero no era para ella...

Hablan de las estrellas...El dice que son como millones de besos...muchos de ellos perdidos.

"Quiero darte un beso, que se guarde entre los muchos del cielo, y cuando lo veas me recuerdes, así estaré siempre cerca"....y se dejan hacer, guardando besos entre las estrellas al anochecer.

No se conocen, pero la sensación es agradable, como si hiciese mucho que saben el uno del otro, como si esa conexión estuviese siempre entre los dos.

Hablan, bromean, se acarician, se besan...no hay tabús, no hay miedos, no hay NOS ni SIS...solo ellos...

No hay comodidades...ni un sofá, ni una cama en la que abrazarse...solo arena, y una vieja toalla, en la que juntos se abrazan, se miran y comparten su tiempo.

"Nos volveremos a ver, y para entonces haz una lista, con todo lo que podamos hacer juntos, es tu lista, son tus deseos..."

La despedida no es triste, se volverán a ver...

Ella vuelve a la playa, algo falta entre la calma del mar...coge su lápiz...y escribe...

"No...todavía no es la lista que quieres ver...solo son palabras sueltas, como las del viejo papel...
Tenía que ordenarlas "de una forma cojonuda" para que las puedas entender, no estás acostumbrado a que te diga tanto...pero si a que te escuche como buena monjita que soy.
Siento muchas cosas:
- No haberte conocido antes
- Todo lo que se me ocurre para esa lista ya quisiera haberlo hecho antes...y contigo...
Sufres déjà vus?yo lo viví esa noche...tal vez eran las formas de hacer las cosas, el momento, de como me hacías sentir...pero lo estaba deseando vivir...o volver a vivir...aunque no tengo muy claro que nunca haya vivido algo parecido...
Se me ocurren muchas cosas que hacer, aunque todas terminen en tu cama de "90 ", tu viejo sofá del que tanto hablas, o la propia arena de esta playa...
Han sido unos días pero echo de menos que estés aquí, besándome y acariándome, calmándome como solo tu sabes...aunque solo hayan sido unas horas, para mi al menos, de las mejores que he tenido...
Gracias.
Te mando un beso...no...te mando ******** besos (están guardados entre las estrellas del cielo).
Hasta pronto.
Ella."

Guarda sus palabras en su vieja libreta, tarda días en enviárselas...sus miedos vuelven, sus inseguridades también...y expresar lo que siente muchas veces duele.

Pero no tarda en hacerlo, la respuesta es mucho antes de lo que espera...

"Cuando veo las estrellas, cada una de ellas es una mirada tuya, son tus ojos que me miran, que me escuchan y me entienden...echo de menos la calma y tranquilidad que me das...así que no me importa cuando, como o donde, pero sea lo que sea que escribas lo leeré una y mil veces, y lucharé para que tus deseos, tus sueños...sí, se cumplan"

La gratitud en sus palabras, el recuerdo de sus caricias y la fuerza de sus besos hacen que Ella siga viva, que escriba, que transmita que luche por lo que sueña...y vuelve como no,  a esa misma playa;  esa misma en la que muy pronto, se volverán a ver y compartirán, sin duda, millones de estrellas.













1 comentario:

  1. Cuando te gusta escribir, a veces lo haces para ti y a veces te gusta compartirlo, en todo caso es un@ mism@ el que decide cuándo, dónde y con quién compartirlo, nadie puede decidir por ti.

    No soy escritora, pero si tengo mis pequeñas historias, y esta es parte de una ellas.

    Así como cuando era niña las pequeñas poesías que escribía, fueron conocidas quien sabe si tendré la inspiración necesaria para escribir una historia completa y alguna de las metas que se tienen en la vida se consigan.

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